Camboya es ese pequeño país escoltado por Tailandia y Vietnam que camina dado de la mano por su hermano Laos. De primeras puede que nos cueste situar a este país del Sudeste Asiático en el mapa, pero al escuchar Camboya automáticamente se te debería de venir a la cabeza Angkor ¿verdad?. O al menos la película protagonizada por Angelina Jolie, Tomb Raider. Pero ¿qué tiene Camboya a parte de estos magníficos templos para que enamore para siempre?
Los templos de Angkor son una de las construcciones hechas por el hombre que más me ha impactado de todos mis viajes. Puede que hayas leído infinidad de cosas sobre este lugar o hayas visto mil fotos sobre sus templos, pero hasta que no estás ahí, no sabes lo que realmente te espera.
Con base en Siem Reap, podrías quedarte una semana visitando los templos Angkor, aunque la mayoría se queda entre dos y tres días. Grandiosos templos como el de Angkor Wat o Bayón te dejarán sin palabras y será difícil que los olvides ellos. Pero también algunos pequeños, menos conocidos y casi sin visitantes como Ta Nei se te quedarán grabados en la memoria para siempre.
A día de hoy, todavía puedo recordar casi a la perfección los tres días que viví recorriendo estos templos. Si cierro los ojos puedo volver por los caminos por los que me metí con mi bicicleta para descubrir otros templos más alejados. De hecho mucha gente combina sus viajes por otros países del sudeste asiático con una visita de unos días a Camboya para ver este recinto arqueológico que, por muy sorprendente que parezca, no se encuentra entre las maravillas del mundo moderno.
El verde de sus campos de arroz
El verde es mi color preferido. Este color me transmite tranquilidad y para mi significa vida. Por eso no te sorprenderá si te digo que caí rendida a los pies del verde de los campos de arroz camboyanos desde el minuto cero. En Camboya, como no podía ser menos en un país en el que el arroz es su principal sustento, hay numerosos lugares con campos de arroz. Aunque tengan una cosecha a diferencia de otros países del sudeste asiático que tienen varias, los campos de arroz de Camboya también tienen su encanto.
Recuerdo muy especialmente dos momentos en los que los campos de arroz en Camboya hicieron que añadiera otra razón más a mi lista de razones por las que me gusta viajar.
El primero, volviendo de ver el templo montaña de Phnom Santuk en Kompong Thom. Iba en moto justo a la hora del atardecer y pude ver cómo los dorados rayos del sol iluminaban con una cálida luz las verdes espigas de arroz. Fue una fotografía para el recuerdo que nunca se perderá en mi memoria.
El segundo lugar en el que los verdes campos de arroz juegan un papel principal, es en Battambang. Recorrí los alrededores de esta ciudad en bicicleta, pasando por los numerosos e increíbles campos de arroz de Battambang. El verde era tan verde y me sentí tan libre recorriendo esta zona que ahora se ha convertido en una de mis preferidas de Camboya.Así que no olvides incluir algún paseo por estos lugares en tu ruta por Camboya.
Los montes Cardamomos de Camboya
Los montes Cardamomos ocupan una gran extensión al suroeste de Camboya y parte de Tailandia. A través de ella no pasa casi ninguna carretera por lo que la gran parte de este gran parque natural es virgen. Se necesita siempre un guía experto que te lleve por el camino correcto si no quieres acabar perdido.
Descubrir la naturaleza que hay escondida en entre estos montes, hará que veas la naturaleza de otro modo. Te esperan cascadas, diferentes especies de simios, una infinidad de plantas raras y sanguijuelas (sí, alguna pega hay que poner a este lugar). Si tienes mucha suerte, te podrás encontrar con la familia de elefantes salvajes más grande de Asia. No necesitas ser un experto para hacer alguno de los trekkings de los Cardamomos, pero te tiene que gustar andar.
Cuando decidí hacer el trekking por los montes Cardamomos no lo pensé demasiado. Fue una decisión que tomé en poco más de media hora, mientras estaba en Sihanoukville. Ese impulso me proporcionó una de las mejores experiencias que viví en Camboya. Fueron dos días caminando entre la jungla, durmiendo en hamacas, comiendo comida rica y con un buen guía, que es una de las cosas más importantes a la hora de que una caminata salga de diez.
Las islas y playas de Camboya aún por explorar
A diferencia de Tailandia, Camboya todavía no ha sufrido una sobre-explotación turística en lo que a las islas y playas se refiere. Es mucho más fácil encontrar una isla o playa paradisíaca en Camboya sin gente que en el país vecino. Aún así, siempre hay una que es la más conocida de todos. En Camboya, se lleva este premio la isla de Koh Rong, siguiéndola de cerca la ciudad de Sihanoukville. Pero las más tranquilas son Koh Kong, Rabbit island y Koh Rong Samloem. Seguro que tú también te perderías unos días o para siempre por alguna de ellas. Dependiendo de si buscas más tranquilidad, alguna actividad en concreto como submarinismo o fiesta, tendrás que decantarte por una u otra. ¡Camboya tiene una playa para cada persona!
Phnom Penh, una capital llena de historia
Mucha gente pasa de largo o solo se queda unas horas en la capital de Camboya, Phnom Penh. Muchas veces las capitales del sudeste asiático son ruidosas, sucias algo caóticas y no tienen mucho que ofrecer al viajero. Pero Phnom Penh es una de esas pequeñas joyas del sudeste asiático. Por eso te recomendamos que dediques a Phnom Penh al menos un día.
La antes llamada Perla de Oriente es hoy el lugar de Camboya donde aprender más sobre su pasado reciente y su historia actual. El museo del genocidio camboyano te pondrá los pelos de punta, pero te recordará que los humanos muchas veces dejamos de serlo por la codicia y el poder. Pero en Phnom Penh se pueden vivir experiencias que recordarás con cariño de tu viaje por Camboya.
En Phnom Penh también hay monumentos y edificios destacados que ver. El mejor ejemplo es el interesante Palacio Real y Pagoda de Plata. Muchos de los que muchos viajeros quedan enamorados de este lugar y no dudarían en repetir la visita. Pero también el monumento a la independencia o su mercado con una cúpula Art Decó muy interesante.
Viajera, optimista y soñadora. No hay lugar al que no iría. Me gusta descubrir el mundo a través de su gente, sus colores, sus sabores, su naturaleza y su arquitectura. Siempre con mi cámara colgada al brazo. Puedes leerme en el blog de Creciendo de Viaje o en flaviaaroundtheworld.com