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Viajar a Marruecos siempre es una buena opción, ya sea para una escapada de unos días en algún puente o para pasar unas vacaciones más largas. Además, casi cualquier época en la que viajes a este país, será buena. Si estás pensando en viajar a nuestro país vecino, te estarás preguntando también qué ver en Marruecos durante tu viaje por el país.
Aunque a primera vista solo te parezca que hay ciudades en Marruecos, una vez que empiezas a indagar sobre el país y a preparar tu viaje por él, te das cuenta que tiene de casi todo. Desde montañas altas, pasando por exóticas ciudades, pueblos con encanto, cascadas, desierto y playas. ¿A qué no te lo esperabas?
Qué ver en Marruecos
Las Ciudades Imperiales: Marrakech, Fez, Mequinez y Rabat
Marruecos tiene cuatro ciudades imperiales: Marrakech, Fez, Menquinez y Rabat. Quizás a las conocida y visitada sea Marrakech, pero las demás bien merecen una visita (o quizás dos o tres). Si te estás preguntando qué ver en Marruecos, te recomiendo incluir alguna de estas ciudades:
- Marrakech. Es la preferida por los viajeros, por su gran ajetreo y su inmensa plaza. Muchos se enamoran de ella y repiten. Pero otros solo desean salir de ella y no volver a entrar. ¿Qué tendrá esta ciudad que provoca sensaciones tan dispares?
- Fez. Es la ciudad con la medina más laberíntica que te encontrarás en Marruecos. Si ya normalmente te pierdes por las laberínticas medinas, en Fez pensarás que estás incluso en otra dimensión, o que has pasado tres veces por la misma callejuela. Puede que esta ciudad sea que la ha resistido mejor al los cambios durante los numerosos siglos de existencia.
- Rabat. Ya nadie se acuerda que hace siglos fue una de las ciudades imperiales de Marruecos y unas de las más importantes del norte de África. Rabat es una capital de país a la sombra de Casablanca. Recibe muchos menos turistas que las dos anteriores. Pero puede que su atractivo resida en eso, en descubrir un capital moderno con toques exóticos y tradicionales que tanto enganchan al viajero.
- Mequinez. Esta pequeña ciudad imperial marroquí es la sorpresa de todas. No te esperas nada. Pero te sorprende con mausoleos, murallas y el ajetreo típico de un día a día en Marruecos, fuera del turismo.
Pueblos y ciudades de la costa atlántica y mediterránea
La costa atlántica de Marruecos tiene lugares muy especiales de los que muchas veces se pasa de largo por no estar dentro de las rutas más turísticas del país. En todos los encantadores lugares bañados por el Atlántico se puede encontrar buena comida, especialmente pescado. También es un buen lugar para hacer deportes de agua, como surf o windsurf. De todas las ciudades que tiene esta costa, destacan dos. Essaouira es la preferida por los que buscan una ciudad portuaria con aires marroquíes, pero con toques ibéricos. Perfecta para una escapada desde Marrakech. Por el contrario Agadir es una ciudad llena de resorts donde evadirte de todo y pensar que puedes estar en cualquier parte del mundo.
Por el contrario, la costa mediterránea tiene un mar más calmado y unos enclaves más conocidos. De entre todos destaca la ciudad de Tetuán. Aunque esta ciudad no esté en la costa, tiene este aire costero que hace que te relajes y te dejes seducir por la ciudad. Nador tiene peor fama, puede por ser una ciudad mucho más moderna que las anteriores. Oued Laou se corona como destino mochilero donde descansar en su playa sin otro quehacer que mirar el mar y sus pescadores.
Tánger se queda entre la costa mediterránea y atlántica, muy cerca del estrecho. Es la puerta a Europa de Marruecos y uno de los puerto con más ajetreo del país. Tánger se suele visitar, sobre todo se viaja de España a Marruecos en ferry.
¿Pensabas que lo que hay que ver en Marruecos se limitaba a sus ciudades imperiales?
Pueblos del Rif con mucho encanto
Dejando atrás las ciudades y las altas temperaturas, nos podemos adentrar en el valle de Rif, con sus altas montañas. Los pueblos de este valle tienen un encanto especial. Suelen atrapar al viajero, haciendo incluso que cambie sus planes para prolongar su estancia por esta zona. Chefchauen, Chauen o Xauen es el pueblo con más encanto del valle, el más visitado y en el que te gustaría quedarte para siempre. Su clima es amable. Aunque la niebla y bajas nubes pueden hacer bajar las temperaturas más de lo que te esperas en Marruecos. Además este pueblo ofrece varias caminatas por la zona muy recomendables y para todos los niveles.
El desierto del Sahara
Quien haya pensado alguna vez en visitar Marruecos, habrá soñado en pasar una noche en el desierto de Sahara escuchando su silencio. Para pasar una noche (o varias) en el desierto hay dos enclaves principales: Zagora y Merzouga.
Zagora es el que más a mano se encuentra de Marrakech mientras que Merzouga es el que mejor pilla desde Fez. Mientra que Zagora tiene arena más blanca, Merzouga tiene sus dunas de color rojizo. Elegir una ubicación u otra para visitar el desierto del Sahara será una decisión complicada.
Enclaves naturales y paisajes de primera
Dejando atrás las ciudades, pueblos y el desierto, Marruecos tiene muchos parques naturales y otros lugares donde enamorarte de su paisaje. Marruecos es una país seco, con lo que lleva a tener muchas zonas casi desérticas. De estos paisaje áridos destacan las Garganta del Todra y la Garganta del Dades. Estos paisajes rocosos con carreteras serpenteantes te harán pensar que has abandonado la tierra y quizás te has trasladado hasta Marte.
Otro de los enclaves naturales que ver en Marruecos es el Toukbal, el pico más alto del Atlas. Este pico es visitado por muchos de los amantes de la montaña que quieren alcanzar su cima.
El lago Dayet Srji se encuentra a las puertas del desierto en la parte de Merzouga. Este lago natural salado con flamencos de fondo es muy peculiar y suele combinarse con una noche en el desierto. Por otro lado, las cascadas de Ouzoud son el salto de agua más alto de todo Marruecos.