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Cuando los días empiezan a ser más perezosos y cada vez la luz se ve menos, la hojas de los abetos empiezan a tornarse de verde a ocres, hasta dejar los árboles desnudos. Así es como adivinamos que el otoño en la Selva Negra está intentando colarse entre el verano y preparándonos para cuando el invierno lo cubra todo de blanco. El otoño en la Selva Negra es una estación para deleitarnos con sus cambiantes colores.
Si me preguntaran cuál es mi estación preferida del año en la Selva Negra, no sabría si quedarme con la primavera, cuando todo vuelve a florecer y el verde lo inunda todo o con el otoño en la Selva Negra, cuando los paisajes son tan cambiantes y de tantas tonalidades que cada día es diferente al anterior.
El otoño en la Selva Negra significa caminatas frescas entre bosques que han empezado a desnudarse poco a poco. También significa coger fuerzas con una crema de calabaza. Además de buscar museos como alternativa a los días de lluvia y de disfrutar de el cambio de color de las hojas de los árboles. Sin lugar a dudas, el mes de octubre en la Selva Negra es un espectáculo de colores.
Qué hacer en otoño en la Selva Negra
Aunque las posibilidades de otoño en la Selva Negra pueden cambiar desde los inicios hasta que comienza el invierno, sí que hay algunas actividades y lugares que estarán en la lista de mejores planes para hacer durante esta época.
Rutas de senderismo en otoño en la Selva Negra
Hacer una de las infinitas rutas de senderismo que nos ofrece la Selva Negra en cualquier época del año es siempre una de las propuestas con las que siempre ganarás.
Durante el otoño en la Selva Negra las rutas siguen estando abiertas y sus caminos transitables. La ventaja a hacer estas rutas ahora en vez de en verano, es que, las más conocidas, estarán menos masificadas y podrás recorrerlas sin multitudes.
¿Cuál elegir? Pues desde alguna de las infinitas que hay en Schluchsee a pasar por la garganta más conocida de la zona, Wutachschlucht o pasear alrededor de las cascadas más famosas de la región. Elijas la que elijas, siempre acertarás.
Museos y exposiciones
El problema que tiene el otoño no suelen ser las bajas temperaturas, sino más bien las lluvias. Por eso, es siempre recomendable tener un plan B guardado bajo la manga. Una de las mejores alternativas es visitar algún museo o alguna exposición temporal. Cualquiera de estos planes es tan bueno como plan B como actividad principal del día. Nuestras dos recomendaciones principales son:
- El museo al aire libre de la Selva Negra.
- Recorrer los jardines de Ludwigsburg llenos de esculturas creadas con las variedades más dispares de calabazas. Aunque esta ciudad no se encuentra en la Selva Negra propiamente dicha, está cerca de Stuttgart. Si utilizas su aeropuerto para empezar o terminar tu viaje, acercarte y deleitarte con la infinidad de calabazas que hay en Alemania y, cada año, ver una exposición diferente
Cuando el otoño en la Selva Negra está a punto de terminar, los mercados de Navidad empiezan a abrir sus puertas anunciando el Adviento.
Casi cada pueblo tiene uno y, aunque todos tienen su encanto, los mercadillos de Navidad del sur de Alemania son los que más turistas atraen cada año. Cada año empiezan en una fecha diferente. Pero a finales de noviembre están todos a pleno rendimiento y las calles huelen a vino caliente y jengibre.
Pueblos de cuento y ciudades dinámicas
Sea cual sea la época del año en la que viajes a la Selva Negra, visitar sus pueblos y ciudades siempre es una opción que nunca debes descartar. Friburgo, Gengenbach, Baden-Baden esperan con los brazos abiertos a cualquiera que quiera enamorarse de sus calles, haga frío, calor o esté lloviendo.
Gastronomía de temporada: calabazas
Si hay algo que caracteriza el otoño en la Selva Negra son las calabazas, o Kürbis en alemán. Desde septiembre los mercados se llenan de este vegetal y lo puedes encontrar en cualquier tamaño, color y forma. Pensé que solo existían dos tipos diferentes de calabaza hasta que llegué a Alemania. Pasado mi primer otoño me di cuenta que las hay negras, verdes, amarillas, naranjas y un largo etcétera. También las encuentras de casi cualquier tamaño.
El otoño en la Selva Negra es la época para descubrir este manjar que da la tierra. Pero no solo encontrarás calabazas en los mercados, sino que los restaurantes tendrán una carta especial dedicada a diferentes y sabrosos platos con este ingrediente especial. Por una vez, ¡deja que te den calabazas en otoño en la Selva Negra!
A tener en cuenta para visitar en otoño la Selva Negra
Aunque en otoño la Selva Negra está llena de posibilidades y no tiene nada que envidiar al verano, sí que es verdad que hay que tener un par de cosas en cuenta para planificar tus días por esta región del sur de Alemania:
- Ten siempre un plan B. Si planeas hacer algo al aire libre un día, puede que se te estropee debido a la lluvia. Comprueba la predicción del tiempo y, en caso de imposibilidad de hacer lo planeado, busca una alternativa. Algún museo, ciudad o pueblo con mejor tiempo o ¿has pensado en pasar un día relajándote en un spa? son una de las mejores opciones.
- Horarios. Al principio del otoño los horarios de apertura de cualquier museo o atracción turística suelen ser muy similar o igual al verano. Pero a partir de finales de octubre y principios de noviembre, estos horarios se suelen reducir e incluso cerrar. Comprueba siempre si está abierto el lugar que quieres visitar.
- Horas de luz. Como en toda Europa, en invierno anochece antes. A diferencia del verano, cuando suele anochecer más tarde que en España, en invierno el sol se esconde mucho antes. A partir de noviembre a las cinco de la tarde se hace la oscuridad. Por eso, sobre todo si planeas rutas de senderismo, te recomendamos planear terminarlas sobre las tres y media de la tarde. De este modo tienes un margen para que no te pille la noche en medio de la caminata.