Bamberg es una ciudad que merece la pena visitar y seguro que la has visto como portada de una gran cantidad de guías de viaje de Alemania. Y es que esta ciudad al sur de Alemania, concretamente en la zona de Baviera, ha sido nombrada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
Famosa por su carácter medieval, Bamberg se constituye como una ciudad que ha perdurado en el tiempo y que ofrece un aspecto prácticamente idéntico al de la antigüedad. Y esto se debe a que es una de las pocas ciudades alemanas que no fue destrozada por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Como ya te explicamos en este artículo sobre Frankfurt, muchas ciudades alemanas tuvieron que reconstruirse debido a los daños de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, este no sería el caso de Bamberg. Motivo por el que puedes pasear entre uno de los paisajes en los que se basan una gran cantidad de fábulas germánicas. Con ello, tu experiencia al visitar Bamberg será de cuento de hadas.
Si te decides a visitarla, estos son los lugares más destacados que no puedes dejar de ver:
El antiguo ayuntamiento de Bamberg es la gran joya de la ciudad. Con su casa que parece flotar sobre el río, se ha ganado el premio a la mejor imagen de Bamberg. Se rumorea que los vecinos de la ciudad fueron los responsables de la construcción de este edificio. Esto es así porque el antiguo obispo de Bamberg se negó a ceder una parcela de tierra para la construcción del ayuntamiento.
Fue a causa de esta restricción que los habitantes se organizaron para construir una isla artificial que serviría como fundamento del ayuntamiento. Es por este motivo que el acabado de la Alte Rathaus de Bamberg tiene un aspecto tan etéreo. También a causa de ello, es el rincón más fotografiado de la ciudad.
El segundo edificio emblemático de la ciudad de Bamberg es su catedral. Se encuentra en la parte de la ciudad llamada Bergstadt, concretamente en la Domplatz. El nombre de esta plaza es simplemente “plaza de la catedral” en alemán, ya que Dom significa catedral en este idioma.
La importancia arquitectónica de este edificio es inmensa. Primero de todo, porque se conserva íntegramente en su forma original. Algo que es muy poco frecuente en las catedrales alemanas. Se construyó bajo el estilo románico, concretamente con la forma característica de las catedrales del Sacro Imperio Romano Germánico. El principal punto de referencia de este tipo de construcciones son las dos torres coronadas con tejado de color verde.
Este edificio renacentista se construyó para ser hogar de los obispos. Además del edificio principal, una gran variedad de edificios de otros estilos se articulan a su alrededor. El principal encanto de este conjunto es la solemnidad de sus muros y terrazas, así como el estilo pintoresco de sus balcones.
Este es uno de los puntos favoritos de los viajeros que visitan Bamberg. Y es que el paisaje que nos regala transmite la sensación de cuento que tanto buscamos en esta zona de Alemania. Sus muros materializan el carácter pintoresco de Baviera, con lo que se convierte en el lugar ideal para recolectar recuerdos en forma de fotografía.
La nueva residencia se encuentra también en la plaza de la Catedral, con lo que será muy sencillo caminar de un lugar a otro. En este caso, nos encontramos con un edificio de unas dimensiones mucho mayores a las de la antigua residencia. Éste se construyó durante el siglo XVII, sirviendo a un hogar renovado para los obispos de la zona.
Aunque se inició con un estilo renacentista, se terminó bajo las bases del barroco. Esto se debe a que la planificación del edificio se desarrolló entre la oscilación de estos dos estilos. Como resultado, obtenemos una estructura muy armónica, hija del renacentismo, sumada al gran detalle tan propio del barroco.
Bamberg se encuentra rodeada por siete montañas. En la más alta de todas ellas, encontramos el antiguo castillo llamado Altenburg. Solamente por su situación ya merece la pena una visita, y es que las vistas desde este punto son increíbles.
La historia del castillo se remonta al siglo XIII y fue la casa de los obispos antes de que se construyeran los palacios que hemos mencionado antes. Sin duda alguna, es un punto a tener en cuenta para los amantes de la época medieval y de los castillos alemanes.
Más que un edificio concreto, en este caso te recomendamos un distrito. Y es que a las orillas del río se extiende la zona conocida como pequeña Venecia. Es uno de los rincones favoritos de todo visitante, repleto de puentes y de casitas extremadamente pintorescas.
Observar el movimiento de esta zona de la ciudad desde la otra parte del río es un placer que deberías tomar en consideración. Las columnas de madera de las casas otorgan a la vista un carácter de postal muy particular. La esencia de Baviera transpira en cada centímetro y se mezcla misteriosamente con una atmósfera veneciana muy particular.
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