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Es común recordar a Irlanda como una tierra llena de magia, majestuosos paisajes y muchísima historia. Connemara tiene una de las historias más interesantes y trágicas de toda la isla, pues esta parte del condado de Galway es hogar de la Abadía de Kylemore.
La Abadía de Kylemore se encuentra situada justo en frente del lago de Kylemore, en las afueras de Letterfrack, un pequeño pueblo de la región. Se encuentra al norte del Parque Nacional de Connemara, y aunque no es el único lugar de interés que puedes encontrar aquí, para el post de hoy te contaré la historia detrás de este lugar que solía ser un castillo.
La entrada al parque es pagada (cuesta 13 euros). Pagar la entrada te otorgará no sólo una visita a la Abadía, sino que también podrás ver el Jardín Victoriano, la Iglesia y también recorrer el bosque que hay por los alrededores.
Primero te contaré el trasfondo del castillo, después procederé a mencionar los lugares más interesantes que puedes encontrar tanto dentro como fuera de éste. Sin nada más que decir para la introducción, ¡comencemos!

La trágica historia detrás de la Abadía de Kylemore
Un castillo no está completo si no tiene un gran trasfondo detrás de él. La Abadía de Kylemore puede no tener tanto impacto histórico para Irlanda en general, pero su historia es digna de escuchar.
La historia comienza en 1840 cuando Mitchell Henry, un médico, decide realizar un viaje hacia la región de Connemara junto a su mujer, Margaret. En aquel entonces, no había mucho más que muchísimo espacio para lo más salvaje que el paisaje irlandés puede ofrecer. Sin embargo, la pareja estaba decidida a realizar algo grande en este lugar.

Casi treinta años después, en 1868, el castillo comenzó a ser construido. Si la fachada de la Abadía de Kylemore te ha impresionado es porque su interior también es grandioso. Incontables habitaciones (bueno, en realidad son 33) y salas, incluyendo numerosas oficinas, una biblioteca e incluso una salón de baile. ¡Realmente pensaron en todo!
No obstante, Margaret nunca logró ver los frutos de lo que había sembrado hace tantos años, pues murió durante un viaje a Egipto en el año 1874. Su esposo, Mitchell, con el corazón roto, ordenó que su cuerpo fuese traído al castillo y después comenzó a dirigir la construcción de la Iglesia cercana al castillo, donde ahora están enterrados juntos.
Luego del triste final…
Después de la muerte de Mitchell, su familia decidió vender el castillo al noveno conde de Manchester, en el año 1902. Él y su esposa no pudieron disfrutar tanto de la comodidad que éste les ofrecía, pues eran extremadamente fiesteros y lo único que hacían era despilfarrar dinero. Pronto quedaron en banca rota, y después de un tiempo dejó de llamarse «castillo» y ahora se le comenzó a llamar la «Abadía de Kylemore».

El castillo no quedó inutilizable, sino que 18 años después de que la pareja lo adquiriera, unas monjas utilizaron su arquitectura para fundar una escuela para niñas. Ésta estuvo vigente por muchísimas décadas, hasta que finalmente fue clausurada en el año 2010. Ahora, las personas pueden visitar la Abadía de Kylemore y observar los muros que durante muchos años fueron testigos de distintas historias.
¿Qué ver en la Abadía de Kylemore?
Si eres fanático de la exploración o te gusta recorrer, entonces una visita a la Abadía de Kylemore definitivamente será excelente. El castillo tiene un enorme jardín amurallado, pero la Iglesia (que posee un estilo arquitectónico neogótico) y la finca son también parte de la Abadía.
Por su puesto, la primera cosa que llamará tu atención será el castillo, y no te culpo. Éste se refleja perfectamente en el lago de Kylemore, por lo que es un magnífico lugar para tomar fotos.

Se le dedicó (y de hecho, todavía se le dedica) mucho tiempo a la reconstrucción del castillo, así que es posible observar cómo era la vida en el siglo XVIII, cuando el castillo fue construido por Mitchell y Margaret. Es posible que algunas áreas no estén disponibles durante determinadas visitas debido a remodelaciones, pero no te preocupes, no te quedarás sin lugares qué ver en la Abadía de Kylemore.
El lugar no ha sido abandonado para nada, de hecho, todavía sirve de hogar para las monjas benedictanas, quienes viven en los pisos superiores (que no están abiertos al público, por supuesto).
Los Jardines de la Abadía de Kylemore
Como ya mencioné anteriormente, los jardines están amurallados. Cuando el castillo terminó de construirse, éstos también fueron completados. Son tan grandes que durante la época en la que fueron construidos, más de 40 personas se encargaban de su mantenimiento. Ahora, las monjas son quienes se encargan de mantener viva la vegetación que ahí existe, e incluso plantas con más de 150 años de antigüedad pueden ser vistas.

Además del jardín de flores, hay un huerto. También puedes ver la casa en la que vivió el jardinero principal hace casi dos siglos. Este jardín es tan impresionante como el que puedes ver en La Casa de Muckross, ubicada en Killarney.
La Iglesia Gótica
La fachada de la Iglesia fue construida con la intención de hacerla parecer más antigua, como si perteneciera al siglo XIV (por eso su estilo gótico). La iglesia fue construida con el propósito de servir como un monumento para la fallecida esposa de Mitchell, Margaret. Ahora, en ella la pareja se encuentra en eterno reposo. La construcción de la iglesia se completó a finales del siglo XIX.
Los Bosques
No es para nada raro que en Irlanda haya un lugar con tanto para explorar. Es posible recorrer los bosques que rodean a la Abadía de Kylemore, así como también visitar el lago. También es posible visitar las Colinas de Connemara, que se encuentran detrás de la Abadía.

Más detalles para sacarle provecho a tu visita
Ya te lo dije, pero debes comprar una entrada para poder acceder al castillo y todo lo que le reodea. Puedes adquirirlas una vez en el lugar, o también a través de la página oficial de Kylemore.
Es posible que no pases todo el día en la Abadía de Kylemore, por lo que no es mala idea visitar otros lugares que se encuentran cerca. Por esta razón, aquí te dejo algunos tips que pueden ser de utilidad para tu visita:
- Puedes tomar un bus desde Galway que te lleve a Clifden o Letterfack, poblaciones cercanas al castillo. No obstante, lo más recomendable es llegar en automóvil. Si vas desde Galway, sólo te tomará una hora llegar.
- Hay mucho más que ver en la región de Connemara, por lo que si ya estás aquí, deberías darle una visita al Parque Nacional, que se encuentra cerca del pueblo de Letterfack.
- Lennane es un pueblo costero cercano a la Abadía. Es un lugar pequeño y no tiene muchos sitios de interés, pero no deja de ser acogedor y un sitio espectacular para tomar fotografías.
A propósito, si te ha quedado el gusto por los castillos, prueba a visitar este post con los castillos más fotogénicos de Irlanda para que conozcas un poco más acerca de la Irlanda medieval.
Y si estás interesado en más lugares de Irlanda, puedes visitar la página que hemos creado especialmente para esta isla. ¿Quieres comenzar a planear tu próximo viaje? Entonces una de nuestras guías personalizadas paso a paso podría serte de mucha ayuda.
Ponte en contacto con nosotros a través de info@creciendodeviaje.com si tienes alguna pregunta. 🙂
¡Hasta la próxima!