Como cada otoño, los jardines del palacio residencial de la ciudad de Ludwigsburg se han llenado de una explosión de colores con la exposición anual de calabazas.
Este año el tema ha sido «bosque de calabazas» – Kürbis Wald.
¿Quieres echarle un vistazo a los atractivos de este año?
El motivo de este año no dejaba lugar a dudas: el bosque y los animales y personajes típicos que se encuentran en él.
En un paseo precioso por los jardines del «blühender Barock» (como se conoce a los jardines del palacio de Ludwigsburg) encontrarás las más de 400 000 calabazas en un despliegue de color y de creatividad.
Un ciervo, una lechuza, ardillas o conejos y hasta cazadores en su puesto de guardia: ésas son las figuras hechas de calabazas que encontrarás en tu paseo por los jardines del palacio.
Como cada año, la exposición se realiza a la par que el concurso de las calabazas más grandes de Alemania y de toda Europa.
Este año, la calabaza más laureada provenía de Italia: un monstruoso vegetal de 965kg de peso, que a pesar de su tamaño no llegó a superar el récord europeo de 1190,6kg.
En tercer puesto se quedó la calabaza de 872kg de Ruben Mendi, un paisano de Navarra que obstenta el récord de España y que también ha conseguido abrirse paso este año en los podios europeos.
Si tú también quieres probar suerte, en la exposición venden también semillas de muchos tipos de calabazas – entre otras parecidas a las de la foto de récord. ¿Quién sabe si tendrás suerte y se obrará el milagro de Jack y las judías mágicas ;)?
A lo largo de toda la exposición hay varios puestos que te permitirán hacer un descanso y degustar alguna de las especialidades de la región – eso sí, en versión calabaza.
Este año probé dos cosas: unas semillas de calabaza tostadas con orégano que estaban para chuparse los dedos y no tenían nada que envidiar a las típicas pipas de girasol y una salchicha tipo bratwurst con mostaza, que contaba con pepitas de calabaza en su interior. La salchicha estaba buena, pero… para ser sinceros, habría estado bastante mejor sin las pepitas en su interior ;).
También se podían probar especialidades como la típica sopa de calabaza, lasagna de calabaza, mermeladas y varios tipos de salsas hechas y de postres hechos con este alimento; pero esto lo he dejado para otro año.
Tampoco pude evitar comprar una calabaza para llevar a casa; estaban tan bonitas y con unos colores tan diferentes a las que suele haber en los supermercados, que me llevé una de color verde claro que decía tener aroma a castaña y ser perfecta para sopas.
También había calabazas con sabores más dulces y texturas más adecuadas para comerlas en postres, otras para cocinar lasañas, cremas, e incluso vendían algunas con colores brillantes y muy llamativos y que en teoría no son comestibles, sino que se podían usar como decoración o como… ¡cuencos para servir sopa de calabaza!
Por originalidad que no sea..
Si eres un fan de las calabazas, no te pierdas una visita a la exposición. Estará disponible hasta el 4 de noviembre en los jardines del palacio.
Puedes echarle un vistazo a la página web de la exposición para ver todos los detalles, los eventos que se harán en las semanas que quedan. Como los días 21, 27 y 28 de octubre, en el que se tallarán las calabazas más grandes con motivo de Halloween o el día 4 de Noviembre, donde habrá una fiesta para «estrellar» algunas calabazas para la diversión de los participantes.
También puedes echarle un vistazo a cómo fue la exposición de calabazas de 2017 en este post que publicamos el año pasado.